El cambio en el perfil epidemiológico de nuestro país (envejecimiento, cronicidad), el empoderamiento de la población, el acceso al uso y manejo de tecnologías de información , la ley de deberes y derechos de los pacientes, el cambio en los modos de participación y asociación de la sociedad civil, el cambio en los modos de gestionar los procesos clínicos (ambulatorización) entre otros revelan un cambio en el entorno y en el interior de las organizaciones sanitarias y por lógica en sus modelos de gestión y provisión de servicios, que debe asumirse por lo tanto desde un enfoque multidisciplinarios, para dar cuenta efectiva y responsablemente de su gestión. A lo anterior debemos agregar la situación que implica la crisis originada por la pandemia y que no tan sólo está originando diversos cambios o replanteamientos en los procesos de gestión sanitaria sino ha develado elementos que demandan una comprensión de la situación desde diversas perspectivas y disciplinas y con ello asumir soluciones, políticas e iniciativas tendientes a administrar esta problemática con la participación de todos los actores; en este sentido la comunicación está jugando un rol relevante en la configuración de escenarios en donde los temores, inseguridades e inequidades son el resultado de problemas en la transmisión de información y la implementación de procesos de comunicación, temas como la gestión de crisis, la comunicación de riesgo, la generación de vínculos y la comunicación comunitaria y social se hacen entonces imprescindibles en el desempeño de los profesionales de la salud  y por lo tanto la necesidad de incorporarlos en sus procesos de formación.

 

En este sentido la Gestión de Comunicaciones en Salud, aporta el soporte en el cual los miembros de la organizaciones de los establecimientos de salud como la comunidad, generen puntos de encuentro y dinámicas que permitan en conjunto unir sus esfuerzos para enfrentar los desafíos que plantea mejorar nuestra calidad de vida, elementos como: prevención, promoción, educación, comunicación, participación, rehabilitación, humanización, etc., se constituyen en elementos centrales en la actividad de las organizaciones sanitarias;en este escenario las comunicaciones como soporte metodológico y estratégico cumple un rol necesario e irremplazable. La responsabilidad ineludible hoy más que antes de informar, humanizar la atención, construir entre todos procesos sanitarios inclusivos, requieren de herramientas en las cuales el mensaje de las organizaciones de salud sea eficiente, eficaz y profundamente humano, aportando con ello a la entrega de servicios que satisfagan la demanda no tan sólo por procesos curativos, sino por una red sanitaria que contenga y asuma su rol en la configuración de una sociedad más justa y equitativa.