En la dinámica competitiva moderna, el gran desafío que enfrentan las organizaciones es la permanente necesidad de creación valor, como respuesta a las expectativas cambiantes y cada vez más exigentes de sus diferentes stakeholders. Para tal efecto, es de vital importancia contar con un Sistema de Control de Gestión Estratégico que cumpla con los siguientes dos objetivos complementarios: Permita una adecuada implementación de las estrategias, a través de un efectivo, oportuno y continuo seguimiento de las decisiones tomadas. Sea un sistema de información robusto que apoye el proceso de evaluación y selección de nuevas estrategias. Sin lugar a dudas, un sistema de control de gestión tradicional basado preponderantemente en la información contable/financiera, ya no es suficiente para hacer frente a los objetivos expuestos. Más bien, se hace necesario contar con un Sistema de Control de Gestión Estratégico, enmarcado en un enfoque sistémico, que recoja de mejor forma la real complejidad de las organizaciones modernas, que vincule efectivamente los grandes objetivos de largo plazo con la operación diaria, y que integre y complemente información financiera con información no financiera.